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«Reclamamos legítima autoridad sobre estas tierras del valle de Lima» (Gonzalo Taulichusco)

En el año 1555, Gonzalo Taulichusco cacique del valle de Lima y descendiente de Taulichusco el viejo, que gobernaba Lima a la llegada de los españoles, realizó un escrito al rey de España donde reunió a varios testigos para reclamar tierras y dominios del valle de Lima. El escrito completo por duplicado se encuentra en el Archivo de Indias.

María Rostworowsky fue la primera en estudiar el escrito al publicar un trabajo para la Universidad Católica en 1980, pero lamenteblemente no es consultable por internet. Mi interés por lo que decía hizo que abra un debate en un grupo de Facebook para intentar descifrar en grupo el contenido del escrito (está escrito en castellano antiguo muy difícil de leer). Finalmente con el uso de ChatGPT he conseguido la siguiente interpretación que a continuación transcribo. No es una lectura fiel y puedo contener muchos errores, aún así la considero muy interesante.

La primera parte parece ser el resumen del reclamo de Gonzalo, tras los primeros ocho puntos se suceden las respuestas de los testigos.

Informaciones de Gonzalo Taulichusco (1555)

En la ciudad de Los Reyes, de estos Reinos y Provincias, en el día diez del mes de diciembre del año mil quinientos cincuenta y cinco de Cristo Salvador, ante el señor licenciado [nombre faltante o no legible] y [otros nombres], en el cabildo de esta ciudad y en presencia de mi y de [nombres o títulos no legibles], presente Don Gonzalo, Cacique principal de este valle, llamado Valle de Lima. [Aquí hay algunas palabras que no puedo interpretar con certeza, pero parece que se refiere a algún tipo de declaración o derecho sobre tierras o títulos]. 

Señor Don Gonzalo, Cacique de este valle de Lima, hace presente que yo y los indios bajo mi mando, como Cacique de la Corona Real, otorgamos [algún acuerdo o concesión]. Y en mi poder se encuentra un documento o título de Taulichusco [su antecesor] que certifica que este valle y estos asentamientos, conocidos por sus tierras de regadío, me pertenecen. Poseo el curacazgo y señorío en esta ciudad de Los Reyes, que cuenta con más de ciento treinta cacicazgos. Además, [alguna declaración o historia sobre la población o fundación del área, posiblemente mencionando a los primeros que comenzaron a poblarla].

A los gobernadores y autoridades de estos reinos, hacemos presente, a través del cabildo de esta ciudad, nuestra petición y reclamación. Pertenecen a mi jurisdicción valles y tierras que históricamente han sido parte de nuestros dominios. Antes poseíamos grandes extensiones de tierra, pero con el tiempo, a nosotros nos ha quedado muy poca. Sentimos una gran necesidad y urgencia en este asunto. Juramos, como líderes y protectores de nuestro pueblo, que esta petición es justa y verdadera. Hago un llamado a la real alteza para que considere y decida sobre este asunto, asegurando que no hay ningún engaño o falsedad en nuestra petición.

Nosotros, los indíos de estos reinos, nos hemos reunido y decidido, sin ninguna discrepancia, que esta es nuestra postura y demanda legítima. La historia y los registros antiguos, incluso los del Inca, atestiguan que poseíamos ciertos territorios y personas bajo nuestra jurisdicción. No sé si algún otro líder o autoridad ha presentado un reclamo similar, pero insto a que se considere nuestra petición ante la corte real de Su Majestad. Esperamos una resolución justa y favorable.

Como prueba de nuestra sinceridad y legítima demanda, adjuntamos registros y testimonios que validan nuestra reclamación sobre estas tierras y valles.

Referente al testamento y documentos previos presentados, solicito a la autoridad de la ciudad de Los Reyes que me sea otorgado en una forma más formal y reconocida.

  1. Es importante señalar que los derechos y tierras que reivindicamos han sido heredados y mantenidos desde tiempos antiguos. Yo, el cacique Don Gonzalo, junto con Guachinango, somos descendientes directos de Taulichusco, el Inca. En esta ciudad de Los Reyes, hacemos constar que las tierras de Lima y sus alrededores nos pertenecen de manera legítima. Esta afirmación se ve respaldada por acuerdos y encuentros previos con figuras reconocidas como Don Diego de Almagro, Gonzalo Pizarro y Francisco Fernández.
  2. Como testimonio adicional, Taulichusco, nuestro antepasado y líder prominente, ha dejado registros que confirman nuestra autoridad y derechos sobre estos reinos. En la ciudad de Los Reyes, destacamos que las tradiciones y costumbres ancestrales respaldan nuestras reivindicaciones. Estos derechos no solo están arraigados en la historia, sino también en la memoria colectiva de nuestra gente, y no han sido objeto de disputa o contradicción.
  3. Deben saber que Gonzalo, siguiendo las acciones y liderazgo de Taulichusco, ha mantenido estas tierras y ha actuado conforme a las tradiciones y costumbres. Taulichusco, en su tiempo, tomó decisiones y estableció autoridad, y sus acciones fueron consistentes y reconocidas en la región.
  4. Es importante destacar que, tras eventos significativos como la muerte de Guachinamo, el liderazgo y las responsabilidades pasaron a Gonzalo. Siguiendo la sucesión y las costumbres de los naturales, asumí el curacazgo y el señorío, defendiendo nuestras tierras y derechos.
  5. Debe ser reconocido que hay documentos que respaldan nuestra reivindicación. En particular, hay una sentencia que hace referencia a un testamento relacionado con el valle de Lima, que confirma nuestros derechos y nuestra posición en relación con el curacazgo.
  6. Quiero subrayar que, a pesar de ciertos decretos o decisiones reales, nuestra reivindicación sobre estas tierras se ha mantenido firme. Hemos mantenido y defendido nuestros derechos, y estas tierras tienen un significado profundo para nosotros, basado en nuestra historia y tradición. En toda su extensión, estas tierras y aguas nos pertenecen. Es fundamental que se reconozca que estas tierras nos han sido legadas y que debemos mantenerlas y cuidarlas. No deben ser divididas ni fragmentadas. Esta carta, presentada ante las autoridades competentes, testifica nuestra legítima propiedad y nuestras buenas intenciones. No debemos ser desposeídos o desplazados de nuestras tierras. En el año mil quinientos cuarenta y ocho, se registraron ciertas acciones y decisiones relacionadas con estas tierras, que han estado bajo nuestra custodia durante muchos años.
  7. Esta declaración y otros documentos confirman nuestra posición y derechos sobre estas tierras en estos reinos. Hago referencia a los acuerdos y encuentros con figuras como Francisco Fernandez y Gonzalo Pizarro, que reconocen nuestra autoridad y la de otros indígenas en estos reinos y asentamientos. Se sabe que una gran cantidad de personas respetaban y reconocían nuestra autoridad, y se refieren a un evento o ceremonia significativa en el pasado relacionado con un mensaje importante. Nuestro derecho sobre estas tierras no debe ser cuestionado o desafiado. A pesar de las adversidades y las amenazas de enemigos, hemos mantenido nuestra posición y defendido nuestras tierras, y continuaremos haciéndolo en el futuro. Los registros y la memoria histórica atestiguan la importancia y prominencia de estas tierras. Aquellos que han vivido y trabajado aquí, aquellos que han defendido estas tierras y han hecho juramentos sobre ellas, saben de su valor y significado. A pesar de las adversidades y desafíos, hemos mantenido y cultivado estas tierras, y su extensión y riqueza son evidencia de nuestros esfuerzos y dedicación.
  8. Quiero que se reconozca que hay voces y testimonios que respaldan nuestra reivindicación. Yo, junto con otros líderes y figuras prominentes como Gonzalo, presentamos pruebas y testimonios que validan nuestra posición. Estos documentos y registros, incluidos los testigos y las marcas reales, demuestran nuestra legítima autoridad sobre estas tierras. Solicitamos que se reconozca y respete nuestra autoridad y derechos, en consonancia con los decretos y mandatos de Su Majestad.

Testigos

En el contexto de las disputas y reclamaciones sobre tierras y derechos, yo, Gonzalo, el cacique, presento y reafirmo nuestra posición basada en las ordenanzas y leyes establecidas. Nos adherimos a las tradiciones y costumbres y reconocemos la autoridad y el liderazgo de otros líderes y caciques en la región. Todo ello, en armonía con los decretos y decisiones tomadas en el pasado.

Que en la segunda juramentación, realizada el día décimo, se ha declarado y se ha hecho constar que en esta ciudad, conforme a la forma establecida, se tiene certeza y se reconoce la existencia de Gonzalo Cacique, quien es señor y líder de la región, y posee dominio sobre las tierras y propiedades en cuestión. Además, se sabe que en dicha demarcación, este señor ha establecido y fundado territorios, y tiene influencia en los cacicazgos aledaños.

En respuesta a la tercera pregunta, quiero decir que sí, he tenido conocimiento de que en tiempos antiguos, un señor denominado Axguarco ostentaba el título de curaca, y que su residencia estaba en la casa del monarca. Se dice que ciertas tierras o propiedades fueron tomadas por la fuerza, lo cual causó gran dolor y aflicción a la comunidad. Por otro lado, en varias ocasiones he escuchado que en este territorio, reconocido como un campo importante, se ha otorgado un título o reconocimiento especial a ciertas personas. Además, en asuntos relacionados con el cabildo, puedo afirmar que poseo cierta certeza y conocimiento sobre estos hechos. Por último, respecto al tema de Teguay, es conocido que tiene ciertas prerrogativas o derechos en la región.

En respuesta a la cuarta pregunta, puedo confirmar que tras el fallecimiento de Axguarco, observé que hubo un cambio en la línea de sucesión del cacicazgo y señorío. Se dice que Guachinamo tomó el mando, siguiendo la herencia de Don Gonzalo. Además, es bien conocido que Don Gonzalo es el líder y señor de estas tierras. Sobre este cambio de poder y sucesión, puedo afirmar con certeza que, tras la muerte del anterior líder, la autoridad recayó en Don Gonzalo, quien ahora ostenta el título de cacique. Como testigo directo de estos eventos, puedo asegurar que la transición de poder se llevó a cabo de manera respetuosa y conforme a las tradiciones de nuestra comunidad.

En respuesta a la quinta pregunta, se debe saber que esta jurisdicción se estableció en el valle de Lima. Taulichusco y otros líderes, incluido Don Gonzalo, tienen conocimiento y autoridad sobre el valle de Lima. Se reconoce y afirma que Don Gonzalo tiene derechos legítimos sobre estas tierras. Sin embargo, hay detalles específicos que no son del conocimiento general.

En relación con la sexta pregunta, confirmo que en este glorioso valle de Lima, poseemos tierras sin disputas o enemigos que las desafíen. Se dice que estas tierras han sido reconocidas por el cabildo y que, bajo el liderazgo de Don Gonzalo, estas tierras han sido mantenidas y defendidas. Sin embargo, este testigo no tiene conocimiento completo o detallado sobre todas las tierras y sus historias.

En respuesta a otra pregunta, se confirma que existen registros reales que validan nuestra posesión y derechos. Se pregunta si hubo algún acuerdo o colaboración entre los líderes del reino en relación con estas tierras. Sin embargo, los detalles específicos no son del conocimiento de todos. Y en los formalismos establecidos, y por orden de Su Majestad, se reconoce la autoridad y los derechos de personas como Don Gonzalo Pizarro y Diego de Almagro. Aquellos jóvenes que participaron en expediciones en nombre de Su Majestad también son reconocidos. Se sabe que Don Gonzalo y otros tenían y mantienen territorios y tierras en la región, y que en esas áreas, se solían respetar ciertos derechos y privilegios.

Se han registrado ciertos agravios y conflictos, especialmente relacionados con las acciones de la gente de guerra. Estos conflictos, que involucraron a indígenas y a la gente de guerra, resultaron en pérdidas y sufrimiento para muchos. Los indígenas, que solían vivir en paz, fueron sometidos y enfrentaron castigos.

Se escuchó el testimonio de Zonta, cacique y líder de la región de Surco, quien confirmó la posesión y administración de estas tierras. Se presentaron testigos, incluyendo a algunos que han vivido y trabajado en estas tierras durante más de sesenta años. Gonzalo, una figura prominente, también proporcionó testimonio y evidencia en apoyo de sus reclamaciones.

Se mencionó a Taulichusco, otro líder conocido, y se confirmó que este testigo tiene conocimiento directo de las tierras del valle de Lima y de sus historias. Se reconoció la autoridad y derechos de Taulichusco, yanacona hijo de la mujer de Huayna Capac y otro cacique,  y se mencionó que algunas de estas tierras estaban bajo la administración de otros líderes y caciques.

Y es sabido entre los hombres de esta tierra, que hubo lides y contiendas, donde el ilustre Taulichusco, noble de estas partes, tuvo gran papel y mérito. Se dice entre los hombres que el dicho Taulichusco tenía lazos y conexiones con otros nobles y señores de estas regiones. En ciertos tiempos pasados, enfrentó el azote de una invasión o afrenta a su señorío. En este tenor, el título y la posición de cacique fueron puestos a prueba, y el control y dominio de estas fértiles tierras estuvieron en balance. Un testigo, cuyo nombre no ha sido pronunciado en este escrito, ha dado fe y testimonio de los actos y el noble carácter de Taulichusco, quien en vida fue temido y reverenciado por todos.

En respuesta a la tercera pregunta, es menester saber que el distinguido Gonzalo, cacique y descendiente de Taulichusco, provenía de linaje noble por parte de madre. Fue acogido y criado en la morada de Taulichusco, siendo su sangre de la misma estirpe. Es sabido que Gonzalo nació y creció bajo el techo de los Taulichusco, y desde joven, fue reconocido y respetado entre ellos. Se dice que entre los Taulichusco, se le tenía en alta estima y se le nombraba con el honorífico título de «inca». De este linaje, ha surgido una noble dama, reconocida y venerada por todos. En esta causa, el testigo Irene Portal ha dado testimonio y confirmación de estos hechos. Así, bajo mi palabra y sello, doy fe de la veracidad de este relato.

A la cuarta cuestión se responde: Es menester y bien sabido que el noble Taulichusco, en su tiempo, cedió el honroso título de curacazgo a Guachinamo, su primogénito. Dicho Guachinamo, hermano mayor del ilustre don Gonzalo, cacique y poseedor del real señorío y cacicazgo de estas tierras, recibió tales honores. Al acercarse el ocaso de su vida, se supo que tal cesión y otorgamiento recayó también sobre don Gonzalo, su hermano, conforme a las confesiones y testimonios de los hombres naturales de esta tierra y de los ciento trece cacicazgos que, en su tiempo, ejercían y ostentaban su mando. Es reconocido que el insigne Anotacca, señor reinante, testimonia que su abuelo detentaba dichas tierras y cacicazgos sin que ninguna autoridad mayor lo disputara.

A la quinta pregunta se responde: Es cierto y sabido que en esta noble ciudad, fundada en el próspero valle de Lima, se erigieron y reconocieron tierras pertenecientes al curacazgo.

En respuesta a la sexta cuestión: Es verdad que hay un hombre, reconocido como amigo y tal vez de nombre Juan o Laca, que tiene tenencia y dominio de tierras. Y que, con verdad y justicia, dichas tierras pertenecen al curacazgo. Asimismo, se dice que hay indios bajo el mando y protección de don Gonzalo, los cuales gozan de reconocimiento y respeto en estas tierras.

A la séptima cuestión se responde: Es menester entender y reconocer que, conforme a la sexta pregunta, hay testigos fidedignos que relatan que en estas tierras, en particular entre los llamados «teraquines», se encontraban indígenas que prestaron valiosa ayuda y se unieron en colaboración. Estos nativos, en significativa cantidad, fueron testigos de contiendas y conflictos. Se relata que enfrentaron a vasallos del reino que, con intenciones aviesas, procuraron someterles, aniquilarles y tomarles por la fuerza.

Y en contraposición a tal fuerza, se dice que contra su voluntad, y por motivos que aún se desconocen, se llevaron objetos y pertenencias, incluso mujeres consideradas «del sol», de estos indígenas. Se cuenta que celebraban con manjares y estaban en un estado de gracia y comunión. Es de notar que en tales tiempos, se habla de ciertos rituales o ceremonias, que se desconoce si pertenecen a tradiciones reales o leyendas. Pero lo que es innegable, es que muchos de estos indígenas, que vivieron y respiraron en estas tierras, guardan en sus memorias tales acontecimientos, y es por ello que esta cuestión se plantea, para esclarecer tales recuerdos y verdades.

De Lima, se sabe que existen tierras que pertenecen al señorío de «terasynes», y se comenta que de dichas tierras, un hombre de edad de unos treinta y ocho años, llamado Juan, es poseedor, o al menos así se le reconoce.

En respuesta a la segunda cuestión: Se indaga sobre lo que se sabe y se cuenta de cierto terreno que pertenece o está vinculado a Neriso. Tal terreno, según lo que se relata, está bajo la administración o cuidado de Meixundell, quien es vecino reconocido de Taulichusco. Este testigo, que ahora presenta su testimonio, proviene de un lugar más lejano, específicamente del valle de Tumbes. Y se cuenta que dicho valle, denominado Zegarllo, fue establecido y fundado en esta noble ciudad. Es reconocido que este testigo vio y atestiguó ciertos hechos y situaciones en dicho lugar, y se le conoce por su servicio y lealtad. Se dice que el señor Dorina, quien es reconocido por los naturales de este valle, tiene cierta relación o vínculo con el terreno en cuestión. Y es por ello que este testigo, conocedor de tales hechos y circunstancias, presenta su testimonio, pues tiene pleno conocimiento de la situación.

La tercera pregunta: ¿Qué sabe de Don Gonzalo, descendiente de Taulichusco, o por otra razón, llegó a formar parte del cabildo tras la muerte de los líderes anteriores? Este Gonzalo trató y manejó asuntos por sí mismo. Juan Martínez Rengifo, quien da testimonio, era un hombre respetado y temido. Este testigo conoció personalmente a Gonzalo y es bien sabido y notorio su papel en la comunidad.

En la cuarta sección, se afirma que Don Gonzalo, el cacique y señor principal del curacazgo de Lima, tomó posesión tras la muerte de Taulichusco. Gauchinamo sucedió a Taulichusco, y posteriormente, Don Gonzalo asumió el liderazgo sin ningún tipo de resentimiento o conflicto.

En la quinta sección, se destaca que ciertos pobladores del valle de Lima reconocieron y validaron a Don Gonzalo como líder legítimo de las tierras y sus habitantes.

En la sexta sección, se aclara que ciertas tierras que están bajo la administración de Don Gonzalo son consideradas esenciales para la subsistencia de los indíos. Se menciona que estos indíos han tenido dificultades en acceder a tierras productivas, especialmente en zonas de siembra, debido a diversos desafíos y tormentos.

A la sétima pregunta, este testigo declara que por mandato de este noble cabildo, se sabe de grandes padecimientos que los indios han experimentado en estas tierras, especialmente a manos de la gente de guerra. Y en los días pasados, en aquel viaje de simg, se infligieron castigos y penurias a dichos indios, siendo las tierras de Don Gonzalo testigo de tales agravios. Estos indios, al encontrarse en su comarca, fueron sometidos por el saber y maña de la gente de guerra, quienes no sólo les arrebataron sus bienes, sino que también les infligieron maltratos y vejaciones. Y a pesar de que se ofrecieron algunas mercedes y tierras como compensación, lo cierto es que muchos de ellos, ya sea por la espada o por el trabajo forzado, encontraron su fin. Pero hay quienes, contra toda adversidad, permanecieron firmes y resistieron, aunque muchos de ellos se ausentaron o se escondieron por temor a más reprimendas. Y es de saber que en este asentamiento, el resentimiento y la desconfianza entre los indios es palpable, pues todos viven en constante zozobra. Y se dice que hay un cofre, de gran importancia, que guarda secretos y verdades que podrían esclarecer muchos de estos hechos, mas esto es materia de la octava pregunta.

A la siguiente pregunta, a mí se me inquiere sobre lo que estos indios poseen o lo que conocen. Y a esto respondo que he oído del juramento que cierto indio, llamado Sidro, llevó a cabo, aunque no dejó firma alguna por no saber cómo hacerlo. Juan el escribano, estando presente, testificó a favor de los mezzique, resaltando su moral y su rectitud. Y en esta noble ciudad de los Reyes, se presentaron testigos, convocados por Don Gonzalo, para dar fe y certidumbre sobre los hechos. Y conforme a la costumbre y forma de este cabildo, se oyeron las respuestas y se procedió a la siguiente pregunta.

Y no firmó porque dijo que no sabía; Juan, quien es conocido en los valles de Simg, junto con los Mezzique Fernandez y los mozos, dan testimonio ante este cabildo de Los Reyes. Dicho testigo, reconocido por Don Gonzalo, da fe y certeza conforme a la forma y costumbre de este reino, siendo escuchado y preguntado debidamente.

A la primera inquisición, este servidor, al ser cuestionado, confiesa que bien conoce lo preguntado, y tiene cierta noticia sobre la ciudad y valle de Lima, así como los acontecimientos recientes en el valle. Sobre la veracidad de lo dicho, da fe, asegurando que no hace menos de cuarenta años que tiene conocimiento de ello.

Este testigo ha presenciado a los Tauligueros, y reconoce que tal figura es señor Dorina Sal, quien gobierna este valle de Lima. Es sabido que tal señor goza de respeto y es temido por muchos. Este testigo tiene certeza de ello, y por causa que es de notoriedad, ha visto en vida cómo el cacicazgo es custodiado, especialmente cuando Don Gonzalo estuvo presente

A la tercera, este testigo ha podido observar y atestiguar que Don Gonzalo, por ser nieto del tal Taulichusco, debía residir y vivir en la misma morada que perteneció a su abuelo. Este testigo entiende y reconoce tal derecho y costumbre, y tiene por cierto que Don Gonzalo, siguiendo la tradición y el respeto a su linaje, tomó el lugar que le correspondía por herencia.

A la cuarta pregunta se establece que, tras la muerte de Taulichusco, este había legado el curacazgo a Guachinamo. Sin embargo, ante un infortunio que causó la muerte de Guachinamo, el curacazgo fue transferido a Don Gonzalo. Este último ha ejercido con autoridad y rectitud, y por sus acciones y linaje, es reconocido y tenido en alta estima por los del lugar. Don Gonzalo es quien actualmente detenta y mantiene dicho cacicazgo.

Tiene su casa y jurisdicción en el curacazgo, y se le conoce y respeta por el nombre de Jorge. Es temido y reconocido, y se le considera un líder verdadero en su territorio.

En relación a la pregunta, se confirma que es cierto que tras la muerte de uno de los líderes, posiblemente Luque, se cedió el curacazgo. Luego, Guachinamo asumió el liderazgo. Tras su muerte, un individuo llamado Saerta, posiblemente su hermano, tomó la posición, y después de su muerte, el curacazgo pasó a Enguincaco y tres amigos o aliados cercanos.

Don Gonzalo, en su residencia, trató y nombró a su descendiente como líder. Es reconocido y temido, y su liderazgo es evidente y claro.

En respuesta a otra pregunta, tras la muerte de Taulichusco, se cedió el curacazgo a Guachinamo. Tras su muerte, el liderazgo fue asumido por otro, y se mencionan ciertos eventos y decisiones en relación con el curacazgo.

En respuesta a una pregunta adicional, se confirma que hubo un establecimiento en el valle de Lima, y este acto fue registrado y notarizado.

Por último, en relación con otra pregunta, se menciona que ciertos testigos y documentos confirman la posesión y administración de tierras en el valle, y se hace referencia a las interacciones y acuerdos con otros grupos y líderes indígenas.

(.El texto continúa de manera muy similar, testigos respondiendo preguntas sobre las tierras del valle de Lima. La transcripción es de las primeras 22 páginas de un total de 37)

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